domingo, 22 de mayo de 2016

“La democracia y sus implicaciones sobre la gobernanza de los recursos naturales en América Latina”



La democracia está ampliamente extendida en América del Sur pero es considerada vulnerable pues existen recurrentes crisis de gobernabilidad asociadas a la crisis del modelo económico y a la desigualdad social. En efecto, dentro de los albores del siglo XXI se encuentra una América Latina (AL) administrada por gobiernos civiles democráticamente electos, en contraste con el escenario político de la  región en las décadas que va de los años cincuenta a los setenta del siglo pasado, plagado de dictaduras y gobiernos militares.

Podemos considerar que el concepto “democracia” se extiende mucho más allá de la esfera de lo político-electoral, siendo la aplicación del mismo muy vasta (Sartori, 2009). En continuidad a esta afirmación es posible ligar la noción de democracia con la gobernanza sobre los recursos naturales también denominada gobernanza ambiental; dicha noción abarca las reglamentaciones, políticas, prácticas e instituciones que configuran la manera en que las personas interactúan con el medio, de tal modo que  una buena gobernanza ambiental implicaría tomar en cuenta la función de todos los agentes que repercuten en el medio. Desde el sector privado, los gobiernos hasta las ONG y la sociedad civil (PNUMA, 2009).
La gobernanza ambiental se vuelve un tema particularmente complicado pues la conservación de la naturaleza y el desarrollo sostenible pierden prioridad frente a las urgencias del entorno político y macroeconómico que corresponden a una dinámica de mercado basada en la producción y consumo acelerado bajo el esquema de la “acumulación por desposesión” (Alimonda, 2011)que ha venido generando crisis sociales, políticas y ambientales. La crisis sobre los recursos  es por lo tanto una expresión de este mismo carácter acelerado y probablemente irrevocable del impacto de las relaciones humanas sobre la naturaleza.
 En términos de la existencia de recursos naturales(RN) dentro de AL , nos encontramos en una situación por demás privilegiada, ya que de acuerdo a un informe del PNUMA (2009) la región es abundante en RN contando con una quinta parte de los bosques a nivel global, así como, la mayor biodiversidad del planeta albergando a varios de los países mega diversos del mundo; en relación a los recursos que por excelencia son necesarios para sostener una calidad de vida adecuada como el agua y los alimentos, la región goza de un tercio de las reservas de agua dulce y el 12 por ciento de la tierra cultivable del planeta; ahora bien  la contribución de la región al desarrollo de la industria no se queda atrás ya que se cuenta con el 20 por ciento de las reservas petroleras del planeta , así como el 25 por ciento de las reservas de biocombustibles y parte importante delas reservas mineras a nivel global, un ejemplo de ello es el litio y la plata de los cuales se concentra el 65 por ciento y el 49 por ciento respectivamente de las reservas globales.
Estas cifras nos brindan un panorama de por qué la amenaza y explotación de los recursos naturales son algunos de los problemas macro ambientales que más afectan a la región, así mismo, tanto el nacimiento de industrias y servicios conexos como el despliegue de las actividades de exportación correspondientes a estos distan de ser algo nuevo en Latinoamérica; ya que desde la colonia y hasta la primera mitad del siglo XX, la historia económica de esta región ha girado precisamente, según los países en torno al café, el azúcar, el algodón, los minerales, el petróleo y otros insumos. Si bien las demandas del mercado internacional fueron primordiales en la orientación del proceso histórico-económico, el Estado ha venido cumpliendo muchas veces un rol de indudable importancia en la creación de las condiciones necesarias para ello.
Con el boom de los descubrimientos de la vastedad de recursos en AL dentro las actividades petroleras (caso de Venezuela, Colombia, Brasil y Ecuador) mineras (en Perú y Chile) y gasíferas (en Argentina, Bolivia y Brasil) la riqueza natural de los países de la región se ha venido incrementando a la par de los intereses económicos y la necesidad de explotación relacionada con la economía mundial para la cual, en  la última década se ha visto incrementada la inversión extranjera directa  (IED) dentro de América Latina pasando de los 45mil millones de dólares durante el 2003 a casi 120 mil millones para el 2010 (Banco Mundial, 2013) un porcentaje alto de las inversiones se destinó a sectores asociados con los recursos naturales. El flujo de estos capitales primordialmente provienen de las grandes economías industrializadas que ven en la región una fuente de extracción muy redituable, como el caso EE.UU, no obstante para el 2010 el flujo de capitales provenientes de China alcanzo el 9 por ciento de las inversiones extranjeras directas destinándose a sectores productores de recursos naturales como el petróleo en Ecuador o Brasil y la minería en Perú.
 Sin embargo muchos de estos países siguen manteniendo indicadores socioeconómicos muy distintos a los de las economías desarrolladas, de modo que aunque pareciera que las actividades de extracción inversión o disposición de los recursos naturales , le abren una oportunidad de desarrollo a la región, tal hipótesis se compone por múltiples costos y aristas, trayendo a tema de debate dentro del sector publico la aplicación de políticas pro desarrollo que en ocasiones comprometen el mismo desarrollo sostenible o sustentable. Por tanto, una gobernanza adecuada de los recursos naturales como ya se mencionó contribuiría a generar las condiciones de riqueza necesaria para que AL implementase un proceso de desarrollo económico acorde a las nociones de igualdad y democracia que brinden verdaderas garantías de progreso para la región. 
Es claro que el modelo extractivo-exportador implementado por muchos países de AL ha creado en la región una especie de ilusión desarrollista, ya que con el alza de los precios internacionales de algunos productos primarios las economías latinoamericanas se han visto favorecidas por lo cual, han venido desarrollando modelos económicos y sociales basados en la sobre-explotación de recursos naturales expandiendo sus actividades extractivas hacia territorios considerados como socialmente “sacrificables” poniendo de manifiesto la “ecología de los pobres” entendida como la ideología y práctica de las luchas populares para la preservación de los recursos naturales en la esfera de la economía moral y que se liga con la demanda y  el reconocimiento de sus derechos y la democratización de las decisiones, enrelación a los múltiples megaproyectos que se desarrollan en la región(Alier, 2009) tal es el caso de en un área de la Amazonia de aproximadamente 30 mil km² que por siglos los huaorani han defendido de enemigos indígenas y coloniales, pero que actualmente está amenazada por la exploración petrolífera y prácticas ilegales de registro de tierras (Alimonda,2011).
El relacionar el tema de los recursos naturales, la democracia y la gobernanza sobre los mismos obliga a entender los diversos sentidos de la denominada “maldición de los recursos” que alude a la relación inversa entre abundancia de recursos naturales y crecimiento (Oliva,2009).

REFERENCIAS
Alimonda, H. (2011). La naturaleza colonizada.Ecologia y mineria en America Latina. En M. Svampa, Modelos de desarrollo, cuestión ambiental y giro Eco-territorial (págs. 181-203). Buenos Aires Argentina: CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales .

Gilpin, A. (2003). Economia Ambiental. Mexico DF: Alfaomega.

J, A. (2004). El ecologismo de los pobres.Conflictos ambientales y lenguajes de valoracion. Barcelona: Icaria-FLACSO.

Martínez, R. Q. (2007). Indicadores ambientales y de desarrollo sostenible: avances y perspectivas para América Latina y el Caribe . Obtenido de CEPAL: http://www.cepal.org/deype/publicaciones/xml/4/34394/lcl2771e.pdf

Oliva, C. (2009). Esatados Unidos y America Latina a principios del Siglo XXI:alternativas politicas frente a la dominacion imperialista. Mexico DF: Heredia,Facultad de Filosofia y Letras.

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. (s.f.). PNUMA. Obtenido de Gobernanza Ambiental: http://www.unep.org/pdf/Environmental_Governance_sp.pdf

Sartori, G. (2009). La democracia en treinta lecciones. Mexico DF: Taurus.



sábado, 23 de abril de 2016

La violencia y sus caras (I)

En ciertas ocasiones nos detenemos a pensar como debemos vestir de acuerdo a la ocasión, un poco formal por trabajo algo deportivo o casual para salir.Mientras me cambiaba de ropa hace unos días, reflexionaba sobre el alcance de la violencia hacia las mujeres,pensé por un momento en lo afortunada que era por que nunca había sido agredida físicamente, de pronto me encontré indecisa entre la ropa que vestiría para encontrarme con alguien del sexo masculino, y en voz alta me dije:-no este vestido no, no me vaya mal interpretar- Optando por una camisa y jeans a pesar del calor.En ese momento percibí que era una victima mas de la violencia, tal vez no física pero si psicológica y lo peor de todo culturalmente aceptada por mi. De cualquier modo salí así.
Experiencias de amigas y colaboradoras a las que han acosado, en la calle,en la escuela o dentro de su ámbito profesional, me sobran y seguro tu conocerás otras.
la otra cara se encuentra en las mujeres que consientes de su imagen la emplean para conseguir algo, reproduciendo la objetivacion sexual de si mismas, ya de por si sobre explotada por el marketing.
Bajo la suposición de reducir las capacidades intelectuales por debajo de lo que se considera atractivo, bello o "sexy" se construye lenguaje, imágenes y cánones de comportamiento que reproducen la violencia entre nosotras y fomentan una autocosificacion.

Por otro lado,la violencia hacia las mujeres, en cualquiera de sus formas: física ,psicológica,estructural; no es un tema nuevo, se remite a la tradición patriarcal de siglos atrás y sigue cobrando vidas.
Con el incremento de los homicidios relacionados al genero,dentro de la corriente feminista se construyo el termino feminicidio, que se define como: el ejercicio de la violencia , deliberada o no, que conduce a un asesinato cometido por hombres, motivado por el placer, el odio o un sentido de propiedad.
y este ha venido sucediendo a partir de las condiciones históricas que generan practicas sociales agresivas que atentan contra el desarrollo, la salud y la libertad de las mujeres.
En México el ochenta por ciento de las mujeres se sienten inseguras al transitar por las calles y el cincuenta por ciento de las mujeres sufre violencia comunitaria a lo largo de su vida (ENDIREH, 2011).
Datos del INEGI en una encuesta sobre la dinámica de las relaciones en los hogares el treinta y nueve de las mujeres de 15 años en adelante han sufrido alguna agresión de carácter sexual, desde insultos hasta violaciones y segun la Encuesta Nacional de Victimizacion y Percepcion sobre Seguridad Publica (ENVIPE, 2015) los principales motivos de la No denuncia por parte de las victimas comprenden en un treinta y dos por ciento el considerarla una perdida de tiempo debido a la impunidad y el dieciséis  por ciento no  denuncia por desconfianza en la autoridad.
Habría que considerar junto a estos datos , un porcentaje de personas que no denuncian ser victimas de delitos sexuales a causa del impacto psicológico y social derivado de la agresión,así como la amenaza o presión de los agresores que en algunos casos son cercanos a la victima.

Las respuestas ante una agresión de este tipo, son muchas, indignación como sociedad, trauma para la victima,pero lo común es responsabilizar de lo sucedido a quien sufrió una agresión sexual, ya sea por su modo de vestir, actuar y los lugares que frecuenta de tal modo que estamos ante una escalofriante especie de justificación social.En contraposición a esto  tenemos la movilización social, la cada vez mayor institucionalizaciòn y atención de los problemas de genero con la creación de organismos y  la participación por la defensa de la igualdad y la seguridad, así como la lucha  de quienes han sufrido algún tipo de agresión, acoso o violación sexual.Que una victima denuncie es el primer paso , que la sociedad condene la violencia y la impunidad el segundo.

En términos legales en México la tipificaciòn de los delitos sexuales y las penas contempladas en los códigos estatales, varían desde los ocho a los setenta años de prisión y aveces como en el estado de Coahuila 
la pena por homicidio es menor que la pena por violación sexual , por lo que resulta para los agresores una opción matar a la victima.De ello se desprende como un reto bajar los niveles de impunidad,la armonizaciòn legislativa que le haga justicia a las victimas y crear las condiciones de seguridad y políticas (lograr instrumentos efectivos de prevención) que detengan el incremento de la violencia.
un reto enorme ya que la violencia en general, esta presente en las escuelas,en el trabajo en las calles, pueblos y fronteras, durante la guerra y en tiempos de paz.

Sin embargo no podemos eludir, que el reto mas grande lo tenemos como sociedad, erradicando la violencia y todas sus expresiones desde el ámbito privado (el núcleo familiar,profesional)hasta lo publico,de construyendo el criterio patriarcal, bajo el cual las mujeres son un objeto o propiedad de los hombres y la violencia es su prerrogativa.
según la moneda son sus caras y tanto desde el machismo se reproduce la violencia , como desde la aceptación de los roles y la desigualdad de genero, que colocan a la mujer como el sexo débil  y la vulnerabilizan. Asimismo el silencio de muchas mujeres que son victimas de violencia y que educan a partir de la sumisión y el servilismo como consecuencia de su tradición patriarcal.
Cierro esta pequeña nota con la idea que le dio origen, y es que para atacar la violencia de genero tenemos que reflexionar como la reproducimos, aceptamos y vivimos. Yo decidí cambiarme el atuendo por que acepte que mi imagen podría provocar algo en la otra persona, otorgándole valor al juicio que esta tuviese sobre mi, cediéndole poder, aunque no me lo pidiera y por encima de lo que yo quería.¿Por qué acepte ese juicio, de donde lo aprehendí?