La democracia está ampliamente
extendida en América del Sur pero es considerada vulnerable pues existen
recurrentes crisis de gobernabilidad asociadas a la crisis del modelo económico
y a la desigualdad social. En efecto, dentro de los albores del siglo XXI se
encuentra una América Latina (AL) administrada por gobiernos civiles
democráticamente electos, en contraste con el escenario político de la región en las décadas que va de los años
cincuenta a los setenta del siglo pasado, plagado de dictaduras y gobiernos
militares.
Podemos considerar que el concepto “democracia” se
extiende mucho más allá de la esfera de lo político-electoral, siendo la
aplicación del mismo muy vasta (Sartori, 2009). En continuidad a esta afirmación
es posible ligar la noción de democracia con la gobernanza sobre los recursos
naturales también denominada gobernanza ambiental; dicha noción abarca las
reglamentaciones, políticas, prácticas e instituciones que configuran la manera
en que las personas interactúan con el medio, de tal modo que una buena gobernanza ambiental implicaría
tomar en cuenta la función de todos los agentes que repercuten en el medio.
Desde el sector privado, los gobiernos hasta las ONG y la sociedad civil (PNUMA,
2009).
La gobernanza ambiental se vuelve un tema particularmente
complicado pues la conservación de la naturaleza y el desarrollo sostenible
pierden prioridad frente a las urgencias del entorno político y macroeconómico
que corresponden a una dinámica de mercado basada en la producción y consumo
acelerado bajo el esquema de la “acumulación por desposesión” (Alimonda, 2011)que
ha venido generando crisis sociales, políticas y ambientales. La crisis sobre
los recursos es por lo tanto una
expresión de este mismo carácter acelerado y probablemente irrevocable del impacto
de las relaciones humanas sobre la naturaleza.
En términos de la existencia de
recursos naturales(RN) dentro de AL , nos encontramos en una situación por
demás privilegiada, ya que de acuerdo a un informe del PNUMA (2009) la región
es abundante en RN contando con una quinta parte de los bosques a nivel global,
así como, la mayor biodiversidad del planeta albergando a varios de los países
mega diversos del mundo; en relación a los recursos que por excelencia son
necesarios para sostener una calidad de vida adecuada como el agua y los
alimentos, la región goza de un tercio de las reservas de agua dulce y el 12 por
ciento de la tierra cultivable del planeta; ahora bien la contribución de la región al desarrollo de
la industria no se queda atrás ya que se cuenta con el 20 por ciento de las
reservas petroleras del planeta , así como el 25 por ciento de las reservas de
biocombustibles y parte importante delas reservas mineras a nivel global, un
ejemplo de ello es el litio y la plata de los cuales se concentra el 65 por
ciento y el 49 por ciento respectivamente de las reservas globales.
Estas cifras nos brindan un panorama de por qué la
amenaza y explotación de los recursos naturales son algunos de los problemas
macro ambientales que más afectan a la región, así mismo, tanto el nacimiento
de industrias y servicios conexos como el despliegue de las actividades de
exportación correspondientes a estos distan de ser algo nuevo en Latinoamérica;
ya que desde la colonia y hasta la primera mitad del siglo XX, la historia
económica de esta región ha girado precisamente, según los países en torno al
café, el azúcar, el algodón, los minerales, el petróleo y otros insumos. Si
bien las demandas del mercado internacional fueron primordiales en la orientación
del proceso histórico-económico, el Estado ha venido cumpliendo muchas veces un
rol de indudable importancia en la creación de las condiciones necesarias para
ello.
Con el boom de los descubrimientos de la vastedad
de recursos en AL dentro las actividades petroleras (caso de Venezuela,
Colombia, Brasil y Ecuador) mineras (en Perú y Chile) y gasíferas (en
Argentina, Bolivia y Brasil) la riqueza natural de los países de la región se
ha venido incrementando a la par de los intereses económicos y la necesidad de
explotación relacionada con la economía mundial para la cual, en la última década se ha visto incrementada la
inversión extranjera directa (IED)
dentro de América Latina pasando de los 45mil millones de dólares durante el
2003 a casi 120 mil millones para el 2010 (Banco Mundial, 2013) un porcentaje
alto de las inversiones se destinó a sectores asociados con los recursos
naturales. El flujo de estos capitales primordialmente provienen de las grandes
economías industrializadas que ven en la región una fuente de extracción muy
redituable, como el caso EE.UU, no obstante para el 2010 el flujo de capitales
provenientes de China alcanzo el 9 por ciento de las inversiones extranjeras
directas destinándose a sectores productores de recursos naturales como el
petróleo en Ecuador o Brasil y la minería en Perú.
Sin embargo muchos de estos países siguen
manteniendo indicadores socioeconómicos muy distintos a los de las economías
desarrolladas, de modo que aunque pareciera que las actividades de extracción
inversión o disposición de los recursos naturales , le abren una oportunidad de
desarrollo a la región, tal hipótesis se compone por múltiples costos y
aristas, trayendo a tema de debate dentro del sector publico la aplicación de
políticas pro desarrollo que en ocasiones comprometen el mismo desarrollo
sostenible o sustentable. Por tanto, una gobernanza adecuada de los recursos naturales como ya
se mencionó contribuiría a generar las condiciones de riqueza necesaria para
que AL implementase un proceso de desarrollo económico acorde a las nociones de
igualdad y democracia que brinden verdaderas garantías de progreso para la
región.
Es claro que el modelo extractivo-exportador
implementado por muchos países de AL ha creado en la región una especie de
ilusión desarrollista, ya que con el alza de los precios internacionales de
algunos productos primarios las economías latinoamericanas se han visto
favorecidas por lo cual, han venido desarrollando modelos económicos y sociales
basados en la sobre-explotación de recursos naturales expandiendo sus
actividades extractivas hacia territorios considerados como socialmente
“sacrificables” poniendo de manifiesto la “ecología de los pobres” entendida como
la ideología y práctica de las luchas populares para la preservación de los
recursos naturales en la esfera de la economía moral y que se liga con la
demanda y el reconocimiento de sus
derechos y la democratización de las decisiones, enrelación a los múltiples
megaproyectos que se desarrollan en la región(Alier, 2009) tal es el caso de en
un área de la Amazonia de aproximadamente 30 mil km² que por siglos los
huaorani han defendido de enemigos indígenas y coloniales, pero que actualmente
está amenazada por la exploración petrolífera y prácticas ilegales de registro
de tierras (Alimonda,2011).
El relacionar el tema
de los recursos naturales, la democracia y la gobernanza sobre los mismos
obliga a entender los diversos sentidos de la denominada “maldición de los
recursos” que alude a la relación inversa entre abundancia de recursos
naturales y crecimiento (Oliva,2009).
REFERENCIAS
Alimonda, H. (2011). La naturaleza
colonizada.Ecologia y mineria en America Latina. En M. Svampa, Modelos de
desarrollo, cuestión ambiental y giro Eco-territorial (págs. 181-203).
Buenos Aires Argentina: CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales .
Gilpin, A. (2003). Economia Ambiental.
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pobres.Conflictos ambientales y lenguajes de valoracion. Barcelona:
Icaria-FLACSO.
Martínez, R. Q. (2007). Indicadores
ambientales y de desarrollo sostenible: avances y perspectivas para América
Latina y el Caribe . Obtenido de CEPAL:
http://www.cepal.org/deype/publicaciones/xml/4/34394/lcl2771e.pdf
Oliva, C. (2009). Esatados Unidos y
America Latina a principios del Siglo XXI:alternativas politicas frente a la
dominacion imperialista. Mexico DF: Heredia,Facultad de Filosofia y Letras.
Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente. (s.f.). PNUMA. Obtenido de Gobernanza Ambiental:
http://www.unep.org/pdf/Environmental_Governance_sp.pdf
Sartori, G. (2009). La democracia en
treinta lecciones. Mexico DF: Taurus.